Juanma Barrientos: El Chef Colombiano que Convirtió la Imaginación en Una Experiencia Sensorial Comestible

Por Joanna Wurmann

Fotografía cortesía de GMCVB

Este chef colombiano no se cansa de recibir premios. Y tras probar el menú en su restaurante de Miami, comprendí no solo las razones detrás de esos reconocimientos, sino también el sentido del nombre de sus restaurantes: El Cielo.

Fotografía cortesía de El Cielo

Juan Manuel Barrientos, conocido en el mundo gastronómico como Juanma, es mucho más que un chef con estrellas Michelin; es un creador de experiencias. Su historia es la de alguien que ha dedicado más de veinticinco años a construir un sueño, impulsado por una mezcla de disciplina, curiosidad y pasión que se percibe en cada plato. Cuando le pregunto por el secreto de su éxito, su respuesta llega con naturalidad: “Dos palabras: amor y grit”.

Hace una pausa, sonríe y agrega: “Si uno junta esa persistencia, ese entusiasmo con algo que uno ama hacer, finalmente tiene éxito, no importa cuánto se demore. Yo llevo construyendo mi carrera más de veinticinco años.” Un recorrido que hoy se refleja en El Cielo Hospitality Group, con restaurantes en Bogotá, Washington, Miami y Nueva York, además de un hotel boutique en Medellín, reconocido con una Llave Michelin, una de las primeras otorgadas en Latinoamérica.

Reconocido como el chef más joven en ingresar tres veces a la lista de Latin America’s 50 Best y parte del exclusivo listado de The World’s Best Chef en 2016, Juanma hizo historia en 2021 al obtener la primera estrella Michelin para un restaurante colombiano con El Cielo Washington D. C. Desde entonces, ha mantenido esa distinción año tras año, al igual que su sede de Miami, reconocida con una estrella desde 2022.

Fotografía cortesía de El Cielo

Y, como dije en un comienzo, después de vivir la experiencia de El Cielo, es fácil comprender por qué Barrientos se ha convertido en una estrella a nivel mundial. Más allá de su excelente dominio técnico, él ha transformado la cocina colombiana en una vivencia sensorial que, a través de un camino de dieciocho pasos, lleva al comensal a experimentar sabores, aromas y texturas extraordinarias que se unen para contar historias que despiertan los sentidos.

“Es una experiencia memorable. Es una montaña rusa de muchas emociones. Es un lugar divertido, pero al mismo tiempo cada plato está pensado. Lo llamo fun dining. No es fine dining, sino fun dining”, explica al describir la esencia de su propuesta… y “Miami”, agrega, “es la más divertida, más hype, más funky, porque esta ciudad tiene ese vibe.”

Y ya que él menciona nuestra ciudad, aprovecho para preguntarle por qué la escogió para abrir su segundo restaurante.

“A mí me encanta Miami. Es la ciudad donde siempre soñé vivir... Amo Miami.” “Aquí la gente viene a divertirse —agrega—. Es como vivir de vacaciones, aunque estés trabajando, y eso cambia todo: el tipo de música, el volumen, los tragos, la velocidad con la que servimos. Esta es una ciudad de champaña y vinos blancos, no de tintos como Nueva York o Washington.”

Hablamos también de inspiración. “Viajo mucho —me dice—. Viajar, comer, conocer cocinas, técnicas, ingredientes… La creatividad no aparece de la nada; necesitas tener muchos colores para pintar.”

Fotografía cortesía de El Cielo

Y en El Cielo, los colores abundan. El viaje sensorial recorre los paisajes de Colombia: desde el Caribe hasta los Andes, pasando por los misteriosos rincones del Amazonas. Los platos son un viaje geográfico y emocional: un homenaje a las plantaciones de café, evocaciones de la leyenda de El Dorado, y momentos icónicos como la chocolate therapy, ese ritual que usa chocolate y café para lavarse las manos antes de probarlo directamente con los dedos. Y cuando crees que ya lo has visto todo, aparece “el lick it, un postre que literalmente debes lamer del plato, rompiendo cualquier formalidad.

En El Cielo, todo invita a sentir, jugar y dejarte llevar, porque la manera de Juanma de ver la gastronomía tiene algo de arte y algo de ciencia, combinando técnicas de vanguardia con neurociencia.

Fotografía cortesía de El Cielo

Antes de despedirnos, le pido una última frase que resuma su filosofía de vida. Inmediatamente me contesta:

“Tengo tatuada, con mis hermanas, una frase que dice: ‘El amor encuentra caminos donde a los lobos les da miedo cazar.’”

Entonces lo comprendo. Juanma Barrientos no solo cocina: crea nuevos caminos, espacios donde el arte, la memoria y la emoción convergen. En su universo, disciplina e imaginación se mezclan con la misma precisión que sus sabores. Y cuando uno vive la experiencia de El Cielo, entiende que, efectivamente, hay emociones que también se pueden saborear.

Fotografía cortesía de El Cielo

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