Conociendo Más de Valentina Rivera

Valentina Rivera es una fotógrafa de BELLA Latina. También está encantada de estar fotografiando su primera portada para el último número de nuestra revista. Nos sentamos con ella para conocer más sobre su amor por la fotografía y sus planes para el futuro.

¿Qué despertó tu pasión por la fotografía?

Yo siempre he sido una persona muy visual y a los 17 años mi papá me regaló mi primera cámara, era una Canon Rebel T6 y hasta ahora es uno de mis regalos favoritos. Yo ni siquiera la pedí, no sé qué lo llevó a regalármela, pero lo hizo y la pasión empezó realmente como un pasatiempo, especialmente en vacaciones. Ese año fui a Montreal y también a Wyoming por tierra, fue un viaje largo. Al correr de los años se volvió parte de mí, una segunda naturaleza, algo que hacía por diversión y me encantaba. Tengo una carpeta de favoritos y de vez en cuando la abro y miro las fotos y podría describir cada una de las imágenes en detalle, porque las he visto muchas veces, pero no me aburro y cada vez que las veo, encuentro algo diferente en ellas. La verdad es que tiene sentido, porque desde pequeña me encantaba dibujar en el computador usando el programa Paint. Yo me sentaba horas y horas a dibujar paisajes, personajes, animales y escenarios que imaginaba en mi mente y con la fotografía, pase de dibujar lo que me imaginaba, a capturar lo que veo. La fotografía es muy linda y a veces parece magia. Es el poder congelar un momento en el tiempo y tener la visual por el resto de la vida. Al final del día, yo quiero que mis fotos transporten a la gente al momento en que fueron tomadas y quiero poder contar historias visuales y compartir las imágenes que mis ojos ven con el resto del mundo, como una pequeña ventana al mundo en mi mente.

¿Qué crees que hace que tus fotos sean únicas?

Cada foto es única porque mi perspectiva del mundo es muy individual de la persona que soy, pero más allá de eso, en este momento mi estilo se basa en obtener en las fotos una buena representación de lo que capturo con la cámara. O sea, los colores, el ambiente, el sentimiento. La gran mayoría de mis fotos pasan por una edición básica y prefiero no modificar mucho la foto original porque cambiaría la esencia de lo que se capturó. Entonces por eso creo que mis fotos son únicas, porque retienen su esencia natural capturada desde mi perspectiva.

Cuéntanos un poco sobre tu proceso. ¿Hay algo específico que siempre te asegures de hacer para obtener la toma perfecta?

Lo primero que hago es revisar el equipo, batería, tarjetas SIM, asegurarme de que la batería esté cargada y que tenga la de repuesto por si las moscas. Reviso el balance de blancos en la cámara y que la foto esté derecha. Cada ambiente requiere algo diferente, entonces es muy importante hacer tomas de prueba para revisar los diferentes tipos de luz y cómo esto va a afectar las configuraciones de la cámara. Finalmente, lo más importante cuando estoy trabajando es la comunicación con el cliente. Cuando tomo fotos de productos, yo hablo con los clientes y trato de entender su visión y hacerla realidad y a medida que la toma de fotos progresa, las ideas fluyen de manera más natural. Al terminar con las tomas que necesito, ya empiezo a experimentar más y creo que ahí es cuando las fotos más impactantes o más interesantes salen. Cuando tomo fotos de eventos en vivo con invitados, es un formato más libre y se trata más de capturar la esencia del momento, sin disturbar mucho la escena. Entonces eso requiere ser cautelosa y paciente. Me siento como un paparazzi (pero ético) y me encanta. A veces la gente nota la cámara y entonces se voltean y me sonríen, yo siento como que me atraparon tratando de tomarles fotos, lo cual está bien, pero yo quiero capturar las sonrisas naturales, la gente charlando, etc.

¿Cómo influye tu cultura en tu trabajo?

Mi cultura es una parte tan grande de la persona que soy, que creo es difícil separar y decir con claridad como la integro, porque está integrada en la persona que soy. En este proceso de encontrar mi voz como artista y mi estilo, yo siempre pienso cómo puedo involucrar más a la comunidad latina o mejor dicho, cómo puedo yo añadir y amplificar la voz de mi cultura. Por esto, fue muy importante para mí cuando mi Mamá me dijo acerca de Vanessa, una CEO latina de la República Dominicana, me parecía una oportunidad de oro hacer lo que quiera y rodearme de mujeres con las que me identifico. Y al conocer que la revista tenía la edición Latina, supe que iba a encajar bien. Por otro lado, trato de incluir mis capciones de Instagram en español y también tengo mucho interés en cubrir y atender los eventos de artistas latinos, porque eso realmente es lo que yo más escucho, me rodea y me emociona. En la historia de la fotografía, hay realmente pocas mujeres fotógrafas colombianas que hayan hecho su marca aquí en los Estados Unidos. Y ahí se presenta una enorme oportunidad, pero también un reto grande y yo solo espero hacer orgullosas a mi familia y a mi comunidad.

¿Cómo influye tu familia en tu trabajo?

La verdad es que mi familia ha sido el apoyo más grande que he tenido. Mi mamá y mi papá me ayudan mucho del lado de las ideas prácticas. Mi papá me manda artículos para leer nuevas técnicas, revistas relacionadas a la fotografía para suscribirme, etc. y mi mamá es mi cómplice en las ideas locas que se me ocurren. Mi primer evento para mostrarle al mundo quién es Valentina Rivera y VRM Photography, fue un estudio de fotos para perros con tema de Pascuas. Mi mamá me ayudó en la logística de eventos, las ideas, los accesorios, con las orejitas de conejo para los perros, la decoración, etc.; pude haberlo hecho sola, pero en buena compañía fue mucho mejor. Mi hermana es la persona que más ha creído en mí y que más aliento me ha dado. El mundo del arte es maravilloso, pero también hay mucho talento afuera, mucha competencia y a veces es fácil perderse en medio de todo el ruido. Ella me ha alentado cuando más lo he necesitado y me recuerda lo capaz que soy, dándome fuerzas para seguir adelante. Mi cuñado Sebastián es músico y ha estado en este espacio creativo por mucho tiempo y es, de cierta manera reafirmante, saber que no soy la única que pasa por esos momentos de duda donde quiero tirar la toalla. Conocer a alguien que ha navegado este mundo antes, me ha ayudado mucho también. Y finalmente, mi sobrina es mi modelo cuando la necesito… aunque a veces me pelea. Últimamente ya cuando me ve, me pide que le tome una foto y eso es muy especial para mí.

¿Cuáles son algunos de los obstáculos que has tenido que enfrentar en tu carrera hasta ahora?

La verdad es que una gran barrera con la que lucho la componen el síndrome del impostor y la comparación. La fotografía para mí era un arte y un pasatiempo y en mi mente práctica yo decía “si el dinero no fuera un problema, sería fotógrafa”. En esos entonces no la consideraba como una carrera para una persona como yo. Y la vida me llevó en otra dirección. Fui a la universidad y estudié ingeniería civil e incluso dejé de usar mi cámara por un tiempo porque estaba enfocada exclusivamente en mi carrera de ingeniería. Pero hubo un momento cuando estaba sentada en mi cubículo del trabajo de 7-5 de lunes a viernes y mi título en mi escritorio, en que me di cuenta que esta no era la vida que quería para mí. Me vi a mi misma 40 años en el futuro llevando la vida de mis jefes y entendí que eso no era lo que quería para mí. Entonces los obstáculos que enfrento en mi carrera son: Primero, aceptar que no le di el voto de confianza a la fotografía hace cuatro años y ahora es cuando estoy empezando y estoy encontrando mi lugar en este mundo del arte, llevándome a aceptar que hay mucho que me falta por aprender y creando el segundo obstáculo, que es no compararme con otros fotógrafos, especialmente los que tienen 20 años de experiencia profesional. Es difícil hacer conocer tu voz, tu estilo, convencer a la gente que te dé la oportunidad. Y también ha sido un cambio drástico de la ingeniería a la fotografía, así que realmente mi mayor obstáculo soy yo y las dudas en mi mente, pero con el tiempo y la experiencia, los voy a vencer y seguramente nuevos retos surgirán.

¿Qué les dirías a otras mujeres latinas que desean iniciar una carrera en fotografía, pero no saben por dónde empezar?

La información es poder y que no dejen que el miedo las paralice. Manden 10 correos electrónicos a diez compañías diferentes, encuentren un mentor, llamen y pregunten si hay trabajos o prácticas disponibles para empezar a hacer crecer tu portafolio. Si tienen un campo de concentración específico, fabuloso! Maternidad, matrimonios, conciertos, etc., y está bien si quieren probar de todos un poco. Lo más valioso es un mentor, mantener y hacer crecer esa relación y, como dice mi papá, “empaparse del tema”, además del lado técnico, escuchar podcasts acerca de la fotografía, realmente meterse en el papel de lo que quieren ser. Y lo último que les diría es que toma diez años convertirse en una sensación de la noche a la mañana. O sea, las metas grandes toman tiempo y hay que trabajar día y noche, aun cuando la gente no lo vea, porque no hay manera de que con la dedicación y la constancia, no lleguen. No hay manera. Y eso es lo que me digo a mi misma todos los días, unos días lo necesito más que otros.

¿Qué sigue para ti?

Yo quiero hacer muchas cosas en mi vida, siempre bromeo con que quiero vivir 50 vidas en esta vida y el mundo creativo tiene muchas ramas que estoy emocionada de explorar. Pero por ahora, estoy practicando la consistencia y voy a seguir aprendiendo nuevos programas y técnicas para ser una buena candidata en el campo de la fotografía comercial, ya sean eventos o productos. El video también es lo que sigue, si una foto dice mil palabras, imagínate un video. A largo plazo me veo siendo directora de fotografía y productora, ya sea para mercadeo o incluso documentales enfocados en temas de la salud de las mujeres, la inmigración, la cultura latina. Tener la oportunidad de tomar esta foto de portada y ser entrevistada, es realmente muy especial para mí. Cuando decidí llevar mi amor por la fotografía al campo laboral, nunca pensé que esta oportunidad se me presentaría y mucho menos en el corto tiempo en que se presentó, todavía no me lo creo. Me siento muy agradecida con esta revista, Vanessa y las maravillosas personas que he conocido a través de ella.

¿Qué quieres que sea tu legado?

Cuando me vaya de esta tierra, me gustaría que mi legado fuera el haber podido contar historias importantes que no solo resuenen en la audiencia y con las que se sientan identificados, sino que también les inspire a mejorar algo en sus vidas o cambiar o tomar acción en sus vidas. A medida que voy creciendo, me doy cuenta de lo realmente corta que es esta experiencia humana, pero lo llena y plena que es cuando me rodeo de gente que me inspira, cuando tengo conversaciones que ponen mi mente a indagar, cuando escucho una historia de vida que suena mundana para el que la vive, pero fascinante para quien la escucha. Eso es lo que quiero, añadir valor a la humanidad, dejar mi perspectiva del mundo, mis ojos, mis visuales y esperar que tal vez esas experiencias le ayuden a alguien a vivir una vida más llena.


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